Debo Probar que soy un Fénix,
que puedo renacer de ésta muerte,
y convertir éstas cenizas de que estoy hecho
de Cristian en Fulcanelli otra vez...
Debo acudir a la memoria esencial,
a la sabiduría de mi corazón
para aprender una vez más
el difícil y cambiante arte de enamorar.
Lo haré con la certeza y puntería
que caracteriza a un Centauro Cazador,
a un arquero Labrador de los Desiertos,
aunque sus flechas sean su poemas de amor.
Lo haré con la convicción de un Fénix,
con la determinación del ataque de un león,
con el coraje de un Guerrero Sagitario,
con el triunfo recorriendo mis venas...
¡Y el orgullo de mis cenizas hecho canción!
De "Los Orígenes II"
17 de Septiembre de 1997
04:42 am
Rolando Bourdette
